Las cáscaras de huevo tienen una “floración”, un recubrimiento natural que protege al huevo de las bacterias. Evita lavar los huevos si puedes; en su lugar, limpie con un paño seco y áspero.
Si los huevos tienen un poco de estiércol, puede limpiarlos con un paño húmedo para detectar manchas pequeñas. Un huevo realmente sucio puede ser sumergido y fregado con un cepillo vegetal. Siempre use agua tibia; El agua fría hará que el huevo se contraiga dentro de la cáscara y atraerá las bacterias.
Deje que los huevos se sequen al aire antes de guardarlos. (Me gusta clasificarlos por color, de oscuro a claro, ¡pero eso es solo yo!)
Póngalos en cartones de huevos fechados y guárdelos en el refrigerador en un estante, no en la puerta, donde los empujarán con cada apertura / cierre. Para los cartones parciales, marco cada huevo con lápiz el día en que se recolectó. Los huevos frescos son buenos por un mes en el refrigerador.
Un consejo para cocinar: para hacer huevos rellenos, use huevos de una semana o más, no de esta mañana. Las cáscaras de los huevos realmente frescos se pegan y no se pelan limpiamente.